El hombre que se fue a Marte porque quería estar solo de David M. Barnett
Aún no es de noche pero el cielo ya está de color azul profundo. La luna llena está muy cerca del horizonte, sobre los tejados negros. Como una moneda de diez peniques, dice papá. Thomas cierra un ojo y pone el pulgar y el índice alrededor del disco lunar. - ¡La tengo, papá! ¡Tengo la luna! - Métetela en el bolsillo, hijo - dice -. No sabes cuándo puedes necesitarla. [...] |