Cada siete olas de Daniel Glattauer
Es sumamente contraproducente y también un poco mediocre dejar escapar el tren de un hombre, para luego poner por los suelos a la mujer que va sentada con él en el nuevo compartimiento.
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Cada siete olas de Daniel Glattauer
Es sumamente contraproducente y también un poco mediocre dejar escapar el tren de un hombre, para luego poner por los suelos a la mujer que va sentada con él en el nuevo compartimiento.
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