No quiero matarte de Dan Wells
Los cuerpos sin vida son tranquilos y silenciosos, es decir, completamente inofensivos. No se mueven, no ríen ni juzgan. No gritarían, ofendería ni abandonarían a nadie. Independientemente de los zombis y otras basuras que muestra la televisión, un cadáver es el amigo perfecto o la mascota ideal. De hecho, me siento más cómodo con ellos que con las personas vivas.
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