La tristeza del Barón de Dama Beltrán
No había nada que ocultar a Anais. Podía ser él mismo cuando estaba a su lado sin avergonzarse de sus sentimientos, de sus deseos o de sus anhelos. Si ella se marchaba, toda aquella liberación desaparecería y, su verdadero ser quedaría oculto bajo llave en algún lugar de su corazón.
|