Los cuatro viajes del Almirante y su testamento de Cristobal Colón
Lunes 22 de octubre.- «Toda esta noche y hoy estuve aquí aguardando si el rey de aquí o otras personas traerían oro o otra cosa de sustancia, y vinieron muchos de esta gente, semejantes a los otros de las otras islas, así desnudos y así pintados dellos de blanco, dellos de colorado, dellos de prieto y así de muchas maneras. Traían azagayas y algunos ovillos de algodón a resgatar, el cual trocaban aquí con algunos marineros por pedazos de vidrio, de tazas quebradas y por pedazos de escudillas de barro. Algunos de ellos traían algunos pedazos de oro colgados al nariz, el cual de buena gana daban por un cascabel de estos de pie de gavilano y por cuentecillas de vidrio: mas es tan poco, que no es nada que es verdad que cualquiera poca cosa que se les dé, ellos también tenían a gran maravilla nuestra venida, y creían que éramos venidos del cielo.
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