Todo lo que perdí de Cristina Prada
Quizá me estaba comportando como esas tontas enamoradas que ven lo que quieren ver y no lo que deberían. Esas cuyo novio es gay o putero o las dos cosas y encima las tratan como una mierda, pero ellas sólo son capaces de ver lo bueno y ahí están, al pie de cañón mientras su amor se tira a una drag queen llamada Furia Furibunda. ¿Y si yo era igual? ¿Y si me había convencido de que Sergio estaba dando pasos hacia una relación normal, que sentía algo por mí, y él sólo quería sexo?
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