Todo lo que perdí de Cristina Prada
Ese «hasta luego, señorita Martín» se convirtió en el trending topic de mi vida. Lo repetí hasta la saciedad mientras tomaba unas cervezas con las chicas en el O’Donell. Lo pensé y lo repensé antes de irme a dormir. La conclusión a la que llegaba siempre era la misma: se me estaba yendo un poco la cabeza y era drástico y urgente que dejase de fantasear con él. Si no, corría el riesgo de que un día dijese algo como «señorita Martín, tráigame los informes de contratación del mes pasado» y yo me presentase en lencería en su despacho, convirtiéndome en la primera empleada a la que despidiesen por acoso al jefe y no al revés.
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