Todas mis canciones son para ti de Cristina González
A pesar de todas mis quejas, él seguía pareciéndome atractivo; me quejaba, le criticaba, pero él me gustaba, me había hechizado. Y, precisamente por eso, porque en el fondo me gusta y mucho, me tumbé en la cama con una sonrisa de idiota pensando: Le gusto.
|