Historias de mujeres casadas de Cristina Campos
Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad
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Historias de mujeres casadas de Cristina Campos
Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad
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Historias de mujeres casadas de Cristina Campos
... al escritor le cuesta desprenderse de sus personajes, porque los quiere. Los ha moldeado como él ha querido, dotándolos de una personalidad propia, de un físico elegido. Durante uno, dos, tres, cuatro, cinco años de su vida. Vive en la esquizofrenia y entre dos mundos: el suyo propio y el de sus personajes. Y si el escritor no se cree la historia que crea, no la vive, no goza con ella, no llora con ella, no ríe con ella, no siente el placer y dolor de su alter ego, nunca será capaz de persuadir al que la lee. Por todo eso cuesta tanto enterrar a tu personaje. Matarlo. Matar ese mundo que ya no pertenece al escritor sino al lector, y empezar un mundo nuevo.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Hay un momento en la vida en que te das cuenta que llevas demasiado tiempo corriendo.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Pensó en cómo la infancia marcaba la vida en la edad adulta.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Tú, yo y todos… callamos, en cierto modo, para protegernos los unos a los otros.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Pensó en cómo la infancia marcaba la vida en la edad adulta.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
No tuvo nada de especial, nada especialmente memorable o único. Simplemente verbalizaron esas dos palabras que no suelen decirse entre hermanas.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Porque la mirada de Anna no requería de palabras. Néstor, sin que ella se lo explicara, supo que su hija se había enamorado por primera vez. Su esposa nunca aceptaría esa ingenua relación, pero él dejaría que Anna la viviera, sabiendo que era una historia de amor imposible, como la que él tuvo una vez. Auguró un final triste como el que él tuvo, pero sabía que pasara lo que pasara valía la pena vivirlo.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Tienes que aprender a ser tú misma. A tomar tus propias decisiones. A no tener miedo al qué dirán. A que te importe una mierda lo que dicen tus amigas.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Y los meses fueron pasando, tranquilos, entre harina y literatura, a la vez que se forjaba una bonita amistad entre esas tres mujeres solitarias perdidas en las montañas de la Tramontana.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Salió como una bocanada el olor a pan cocido hecho, y ese olor acarició despacio el alma de nuestra protagonista. Cerró los ojos e inspiró lentamente el olor llenito de nostalgia. El olor de su infancia. El olor a su hogar.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
Si querés que te diga la verdad, no tengo muy claro de dónde soy. Nunca me sentí de ningún lugar.
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Pan de limón con semillas de amapola de Cristina Campos
No era fácil seguir con tu vida tras haber presenciado el horror, la hambruna, las mutilaciones y todas las atrocidades de un mundo que ellos intentaban curar.
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¿De qué nacionalidad es Edgar Allan Poe?