La música de los prodigios de Costa Alcalá
Un hombre inteligente no cambia sus convicciones con facilidad, pero cuando lo hace, lo hace de veras
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
Un hombre inteligente no cambia sus convicciones con facilidad, pero cuando lo hace, lo hace de veras
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
Hay que seguir adelante por que adelante sólo está el camino y atrás sólo quedan las malas decisiones.
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La Segunda Revolución: Libres, Iguales, Justos de Costa Alcalá
Toda su vida, Kástor se ha sabido distinto. Esa cabeza suya. Mientras, poco a poco, su respiración se vuelve regular y los latidos que amenazaban con agujerearle el pecho se aquietan, pierde la esperanza. No puede. Porque esa cabeza suya a veces le juega malas pasadas, le hace encerrarse cuando lo que le rodeaba se volvía demasiado hostil. Pero tenía cosas buenas. Y ahora. Ahora a veces le llegan imágenes, recuerdos rojos como el Fuego y gritos y voces que ni siquiera recuerda pero que sabe que ha vivido. Ni siquiera siente esa cabeza como suya. No sabe cuánto aguantará.
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
Los primeros en llegar un siglo atrás la llamaron tierra de milagros… pero si en esta tierra brotan los milagros, lo hacen para expulsarnos de ella.
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
Era la única manera de ver un dragón en el viejo mundo: en disección. Todos los ejemplares que se habían intentado traer desde las Américas morían durante la travesía y nadie había averiguado todavía el porqué.
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
La música. Eso era lo que creía Hester, que la música de los prodigios se podía controlar, entender, someter a la voluntad humana.
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
Había trascurrido casi un siglo medio desde que todo tipo de prodigios y milagros fueran prohibidos por el Papa Clemente VI en su bula Quamvis Perfidiam. Un siglo y medio desde que la plaga y todos sus monstruosos heraldos asolaran Europa.
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La música de los prodigios de Costa Alcalá
El cielo se ha oscurecido y esos campos que hace unos segundos eran verdes se han marchitado y dejado la tierra baldía.
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
El tiempo no se detiene. Esa es, en realidad, una de las verdades irrenunciables en la vida, una que nada ni nadie puede corromper: que el tiempo pasa, siempre con la misma cadencia. Eso sí, la percepción de la velocidad a la que eso ocurre sí que es algo subjetivo, sujeto a los caprichos de cada uno.
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
Siempre nos dicen qué debemos hacer y cómo, al final, todo lo que hacemos parece igual... con mejor o peor técnica, pero... pero las personas no deberíamos ser iguales. En ningún aspecto. No lo somos.
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
Todo el mundo sabe que el peor enemigo está oculto dentro de cada uno.
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
Tres atributos visten la vida de una mujer: caridad, amor y abnegación. Por esa razón, la máxima expresión de la vida de la mujer, su mayor logro, está en el matrimonio y en la maternidad.
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
Habrá ocasiones, niñas, en que solo podéis confiar en vosotras mismas.
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
—¿Esto es la vida entonces? ¿Un peregrinaje de días grises, haciendo una y otra vez lo mismo a pesar de que no encajemos, a pesar de que algo dentro de nosotras nos diga que está mal? ¡Porque está mal, Amy! Este mundo no es bueno, ¿es que no te das cuenta? Por mucho que nos digan que sí, que se pinte así, por muchas consignas que nos den, por muchos mensajes que aparezcan en la pantalla. ¡Está mal, está mal, está mal!
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Buenas hermanas de Costa Alcalá
Todo el mundo sabe que el peor enemigo está oculto dentro de cada uno.
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¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?