Sangre de tinta de Cornelia Funke
¿No te parece raro el grosor de un libro cuando lo lees varias veces?...Parece que en cada ocasión se queda algo adherido entre las páginas. Sentimientos, pensamientos, sonidos, olores...Y cuando al cabo de los años vuelves a hojear el libro, te descubres dentro a ti misma, un poco más joven y diferente, como si el libro te hubiera conservado igual que una flor prensada, extraña y familiar al mismo tiempo.
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