Donde braman los vientos de Constanza Chesnott
Era una guerra, un choque de civilizaciones: ellos defendían la tierra de sus ancestros y su cultura; nosotros peleábamos por extender los valores de la Unión y el progreso. Y los colonos buscaban un futuro para ellos y las generaciones venideras, y lo arriesgaban todo por la esperanza de una vida mejor. *** Ahora lo sabía. Mi única patria era su cuerpo y mi bandera, su piel. Nuestro amor, todo por lo que yo iba a luchar. Nada más me importaba y haría cualquier cosa por defenderlo. *** Por primera vez tuvo que admitir que se sentía ridículo, casi avergonzado de su sentir patriótico. ¿De verdad merecía la pena morir por esos miserables oportunistas? No podía aceptarlo, no podía. México era mucho más grande que la miseria de ese puñado de cobardes, más preocupados de su propio beneficio que de demostrarle al invasor que jamás vencería. *** |