El ferrocarril subterráneo de Colson Whitehead
Los otros estudiantes decían cosas horribles de la población de color de Boston, de su olor, de sus carencias intelectuales, de sus impulsos primitivos. Sin embargo, cuando sus compañeros de clase aplicaban los filos a un cadáver de color, colaboraban más en la causa a favor de su progreso que la mayoría de los altruistas abolicionistas. Al morir, el negro devenía ser humano. Sólo entonces era igual al hombre blanco.
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