Brooklyn de Colm Tóibín
También tenía la sensación, aunque no sabía por qué, de que los chicos y las chicas de la ciudad que se iban a Inglaterra tenían trabajos corrientes con sueldos corrientes, y que la gente que iba a América podía hacerse rica. Intentó descubrir por qué había llegado a creer también que la gente de la ciudad que vivía en Inglaterra añoraba Enniscorthy, pero que los que se iban a América no añoraban su hogar. Al contrario, allí se sentían felices y satisfechos. Se preguntó si eso podía ser verdad.
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