La sangre de la aurora de Claudia Salazar Jiménez
Así como entraba en mí, lo vi todo. Escenario completo. Ahí vendrían los hijos. Casa. Cocina. Trabajar también, pero sumarle todo lo otro. Me mueve. Se mueve en mí y empuja dentro pañales, platos, cocina, vestido, maquillaje, por los siglos de los siglos y por siempre jamás. [...] Escena perfectamente montada, preparada para mí desde que nací. Un camino sin ninguna salida, lo mismo que les toca a casi todas por haber nacido así. Mi tiempo exprimido, arena gastada del reloj, un caballo con los ojos cubiertos. Seguir de frente y no hacer preguntas. Único camino que te dan.
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