Tomar tu mano de Claudia Hernández
Debe pegarle, dice. Él le pega a la suya. Le pega si no lo saluda cuando llega. Le pega si murmura a sus espaldas. Le pega si los pisos de la casa no brillan. Le pega si encuentra polvo en los muebles. Le pega si los niños que le ha dado lloran. Le pega si se resiste a abrirse cuando él quiere. La golpea, sobre todo, si le plancha mal el pantalón. Es la única manera en que entienden, le asegura. El tío asiente. Al terminar de descargar en el pozo, él la hará entender. |