La pasión según G. H. de Clarice Lispector
Sé que si abandono lo que fue una vida toda organizada por la esperanza, sé que abandonar todo eso -en favor de ese algo más amplio que es estar vivo-, abandonar todo eso duele como separarse de un hijo aún no nacido. La esperanza es un hijo aún no nacido, solo prometido, y eso hace daño.
|