Los del otro lado de Christopher Buehlman
El chico tardó un buen rato en hablar después de que le quitáramos el collar. Le presté mi abrigo. Se limitó a sollozar y a caminar con nosotros en dirección al río, mientras su hermano le echaba un brazo sobre los hombros. Los temblores le vinieron en oleadas. Cuando por fin habló, pretendía que él y yo nos alejáramos de Lester porque no quería que su familia supiera lo que tenía que decir. Pero no le quedaba más remedio que hablar para que alguien supiera qué eran.
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