La princesa del East End de Christine Cross
—Bajaría al mismísimo infierno por ti, Camilla —le aseguró con vehemencia. La soltó y acunó su rostro entre las manos mientras se perdía en el verde de sus ojos. Había tan solo una forma de demostrarle la sinceridad de sus palabras, incluso aunque ella no lo creyese—. Mi corazón te pertenece desde el mismo instante en que te conocí. Ese día supe que quería hacerte mía para siempre, que serías la medida de mi tiempo, porque cada segundo a tu lado es un océano de felicidad. Eres hermosa, divertida, valiente, y posees un corazón generoso. Te quiero como mi amiga, mi compañera, mi amante... mi esposa. —Acarició con los pulgares sus mejillas y apoyó la frente contra la de ella, cerrando los ojos—. Has sido mi luz en la oscuridad. Te amo, Camilla, y te amaré mientras me quede un hálito de vida. Lo juro.
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