Dulce chico indecente de Christina Lauren
-Estoy bien, te lo prometo. París no es cualquier cosa -contesto con una alegre sonrisa. -El problema es que me gustaría disfrutarte mientras estás aquí. -Te refieres a mi brillante ingenio y gran cerebro ¿no? -pregunto con una sonrisa, cogiendo un poco más de albahaca. -No, tu cerebro me da igual. Me refiero a tu tetas. Lo único que me importa son tus tetas. Me echo a reír, y el alivio me produce un cosquilleo en la sangre. Aquí esta Ansel. |