Kraken de China Miéville
¿Por qué no iban a ser los dioses del mundo calamares gigantes? ¿Hay un animal mejor? No costaría mucho imaginar esos tentáculos cerrándose alrededor del mundo ¿no es cierto?
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Kraken de China Miéville
¿Por qué no iban a ser los dioses del mundo calamares gigantes? ¿Hay un animal mejor? No costaría mucho imaginar esos tentáculos cerrándose alrededor del mundo ¿no es cierto?
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Buscando a Jake y otros relatos de China Miéville
Lo intentaré. Haré lo imposible. Porque la alternativa es insostenible
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Buscando a Jake y otros relatos de China Miéville
Para poder ver dentro de las cosas tienes que abrirlas del todo
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Buscando a Jake y otros relatos de China Miéville
Hay tres maneras de evitar ver lo que no se quiere ver. Una es la de los cobardes y duele cojones. Otra es cerrar los ojos para siempre, que viene a ser la misma que la primera. La tercera es la más difícil y la mejor: tienes que asegurarte de que tan solo se te manifieste lo que puedes permitirte ver
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Un Lun Dun de China Miéville
-¡Qué? -inquirió Zanna, mientras tiraba de Deeba para que avanzase. -Nada -respondió Deeba-. Tengo la sensación de que alguien nos observa. Te observa, pensó, y miró a su amiga. |
La ciudad y la ciudad de China Miéville
Los libros siempre tienen conversaciones con otros libros, y algunas veces son amables y otras no.
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Embassytown: La Ciudad Embajada de China Miéville
Queremos decidir qué oímos, cómo vivimos, qué decimos, qué hablamos, qué significamos, qué obedecemos. Queremos el Idioma para utilizarlo.
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Embassytown: La Ciudad Embajada de China Miéville
Una mentira era una representación, y un símil era retórica: la síntesis de esas dos cosas, sin embargo, el primer paso hacia convertirse en otro tropo muy diferente, era sedición.
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Buscando a Jake y otros relatos de China Miéville
¡El demonio está en los detalles! Pregúntale a tu madre a ver si eso no es así. ¡El demonio está en los detalles!
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Un Lun Dun de China Miéville
Zanna estaba apagando el tráfico. La llave silenciaba los coches y disipaba la luz de las farolas. Estaba apagando Londres. |
Un Lun Dun de China Miéville
Unos dedos de humo aparecieron por debajo de la puerta, desenroscándose como tentáculos. -Así que... -susurró el hombre-. Así que eres tú. |
Embassytown: La Ciudad Embajada de China Miéville
Más allá de nosotros no hay nada registrado. Vivimos al final de la luz.
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Embassytown: La Ciudad Embajada de China Miéville
Bienvenidos a la Ciudad Embajada, la frontera. Sé que las historias no tardarán en propagarse. Soy inmersora: ya las he oído. Dirán que más allá de las costas de nuestro planeta, lejos en el ínmer, hay paraísos míticos, naves abandonadas perdidas mucho tiempo ha, Tierra, Dios. De acuerdo.
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La estación de la calle Perdido de China Miéville
En aquella retorcida celada nocturna, lo bueno era malo, y lo malo era peor.
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La ciudad y la ciudad de China Miéville
Muy interesante El ritmo cayó a la mitad del libro y sentía que no avanzaba, sin embargo mejoró muchísimo las últimas 100 páginas las devoré, la historia se vuelve muy emocionante y la intriga se mantiene desde el principio al fin. El autor maneja bien las vueltas de la trama, justo cuando creemos que hay una certeza resulta que la verdad es algo muy distinto. La ambientación en las dos ciudades es algo bastante extraño entender como funciona, pero es fascinante al tiempo. Espero leer más del autor, y conocer mas de su prosa porque en este libro al ser narrado en primera persona, sentí que no se explota tanto. Hay pocas descripciones y lo que cuenta lo hace de una forma muy precisa, sin espacio a párrafos extravagantes o algo así, todo está concentrado en exactamente lo que pasa |
El mar de hierro de China Miéville
La búsqueda en sí tiene que ser emocionante, ¿no? Descubrir lo que nadie antes haya descubierto, seguir excavando y descubrir más, revelar el pasado, hacer cosas completamente nuevas, sin dejar de aprender y todo eso.
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El Rey Rata de China Miéville
"Lo que paraliza es el miedo, y lo que genera el miedo es la ignorancia. Cuando aprendemos, dejamos de temer."
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La ciudad y la ciudad de China Miéville
No era una oscuridad silenciosa. No era una oscuridad sin intrusiones. Había en ella presencias que me hacían preguntas que no sabía contestar, preguntas que me llegaban con un apremio que me era imposible responder.
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La guerra del fin...