Y que te quedes de Cherry Chic
La felicidad no es un estado permanente, no va a quedarse para siempre porque siempre faltará algo. No puedo encerrarla en un bote de cristal y ponerla en el quicio de la ventana, como hacía de pequeña con la arena de la playa cuando íbamos de vacaciones. La felicidad no puedes quedártela para siempre porque los seres humanos somos tan estúpidos que necesitamos que algo vaya mal para valorar lo bueno cuando llega.
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