Las curas milagrosas del Doctor Aira de César Aira
Uno solo ve lo que quiere ver. Es como si la desaparición formara parte de la aparición.
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Las curas milagrosas del Doctor Aira de César Aira
Uno solo ve lo que quiere ver. Es como si la desaparición formara parte de la aparición.
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El congreso de literatura de César Aira
Cada hombre es dueño de una mente con poderes que pueden ser grandes o pequeños pero siempre son únicos, propios de él.
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El congreso de literatura de César Aira
No es que yo sea un genio ni un superdotado, qué va. Todo lo contrario. Lo que pasa es que cada mente se conforma de acuerdo con sus experiencias y memorias y saberes, con la suma total, y la acumulación personalísima de todos los datos que la han hecho ser lo que es la hace única. Cada hombre es dueño de una mente con poderes que pueden ser grandes o pequeños pero que siempre son únicos, propios de él. Y lo hacen capaz de una " hazaña" banal o grandiosa, que sólo él habría podido realizar
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El congreso de literatura de César Aira
Por más proyectos de cambio que uno haga, nunca se cambia voluntariamente el fondo, que suele ser el nudo de los peores defectos que uno tiene
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El pequeño monje budista de César Aira
¿Por qué no lo leían en voz alta? Les bastaba con recordar que cada signo indicaba una posición de la lengua y los labios. ¡Pero no sabían el idioma! importaba? Debian ¿Y eso que considerarlo no como un texto sino como un tablero de instrucciones, una especie de braille visual. |
El pequeño monje budista de César Aira
... debido a la diferencia de estaturas, al conversar de pie debían inclinarse hacia él, y podía parecer poco delicado invitarlo a sentarse sólo para tenerlo a nivel y evitarse un dolor de cintura.
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Cómo me hice monja de César Aira
El sueño real era la forma de la realidad como felicidad, como paraíso.
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El mármol de César Aira
El tiempo de la esperanza es el mismo para los ganadores que para los perdedores
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Cómo me hice monja de César Aira
Ocultar algo es tener algo que ocultar. Yo no lo tenía, pero ocultaba, asomaba al mundo como quien viene de enterrar un tesoro.
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Cómo me hice monja de César Aira
Creía que las dentaduras postizas se hacían con dientes de muerto; hay mucha gente que lo cree.
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Cómo me hice monja de César Aira
Mi vida era mi pintura. Vivir era colorearme, con el rosa de la luz suspendida, inexplicable.
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Continuación de ideas diversas de César Aira
La superioridad de la literatura sobre las demás artes radica justamente en las demás artes. La literatura las incluye, trabaja con sus mecanismos (...)
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Fulgentius de César Aira
El contraste entre lo que había sido y lo que pudo ser le hizo sentir que todo había sido tiempo perdido. Un tiempo artificial, como el del teatro; quizás su pasión por volver a ver una y otra vez en escena la tragedia que había escrito al principio era un vano intento de recuperar un tiempo real.
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Fulgentius de César Aira
Esta presencia erudita trastornó al recio general : quiso estudiar, aprender, volverse un nuevo Plinio, sin fines de lucro o de exhibición, sólo por la gratificación interior de ser un héroe del cerebro. La solución estaba al alcance de la mano. Con el prestigio de su grado y las influencias que podía mover, no le sería difícil conseguir uno de esos cargos ad honorem que asumían por pura conciencia solidaria algunos patricios nostálgicos de la República, y servían para hacer pingües negocios. Desde el cargo podría vender a precio de oro cédulas de importación de esclavos, y reclamar comisión. Él podía sacrificar una honestidad que nadie le había pedido, y menos agradecido, por un objetivo más encomiable que una guerra…
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Fulgentius de César Aira
Se va a dar entre los dos hombres la atracción de los opuestos : para Fulgentius los abismos del Mal contenían arcanos de fábulas que siempre había querido explorar y el villano se preguntaba cómo era posible mantenerse honesto cuando las maquinaciones del delito eran el único modo de ejercitar la inteligencia.
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Parménides de César Aira
Fue en parte la facilidad automática que le daba el verso la que lo alentó a incluir un par de detalles de sexo.
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Parménides de César Aira
Al contrario, era como si ahora que no tenía que trabajar, y todo se había suspendido, empezara a sentir lo auténtico de la existencia, su vacío auténtico.
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El mármol de César Aira
Lo indefinible era lo que hacía de nexo entre la desproporción y la tristeza, o lo que yo percibía como una cosa y la otra (y rara vez me equivoco).
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Continuación de ideas diversas de César Aira
FONTANELLE: "Il n'est point de chagrin qui tienne contre une heure de lecture"."No hay pena que se resista a una hora de lectura".Suena a verdad, al menos para algunos: el remedio universal a tristezas, preocupaciones y otros desánimos.
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Continuación de ideas diversas de César Aira
“Te comprendo. ¿Quién soy yo para criticarte?”, dice el bien pensante. Si pensara mejor todavía diría: “Te critico. ¿Quién soy yo para comprenderte?”. En efecto, me parece que comprender, efectuar la aprehensión intelectual, es más presuntuoso, más paternalista, más intrusivo, que arriesgar una crítica. La crítica tiene una humildad, en tanto arriesga, desnuda y pone al descubierto, a la intemperie, el entramado intelectual que sostiene el yo del crítico.
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¿Quién mata al elfo Dobby?