Noa la Pelos: Cachitos de mi vida de Cecilia Alonso Gallego
Me acerqué y le coloqué la cabeza en su sitio. Fui a por cinta de embalar y le uní bien los dos trozos de cuello. Arranqué la oreja del cuadro de Van Gogh y se la pegué con otro trozo, pero se le caía. Nunca hubiese imaginado que la oreja de Antxón pudiese pesar tanto. |