La casa al final de Needless Street de Catriona Ward
La primera que detesto se llama muñeca rusa. Tiene dentro una versión más pequeña de sí misma, y dentro otra, y así sucesivamente. Qué espanto. Son prisioneras. Me las imagino a todas gritando en la oscuridad, sin poder moverse ni hablar. La muñeca tiene una cara ancha y una sonrisa estúpida. Por lo visto la hace feliz tener cautivas a sus hijas.
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