Todos los días son nuestros de Catalina Aguilar Mastretta
¿Conoces a Emiliano? Lo conocía. Lo conozco porque no se me va de la frente y que me pregunten por él me crea un hueco en ese lugar que las viudas se tapan con las manos cuando les hablas del pasado. Pero en la realidad de la calle y de la rutina, no sé de él. - Qué bueno que ya superaste lo de Emiliano – me dijo Paloma hace ya mucho tiempo-. Yo voy a pedir salmón, ¿tú? - Pasta. Y a lo que sigue. Superado está, claro. Nada más que algunas cosas no terminan nunca. Y ésta es una de esas cosas. |