Lady Midnight (Cazadores de sombras - Renacimiento 1) de Cassandra Clare
—Cazador de sombras —masculló siseante. Los asistentes a la fiesta huían del patio saltando las verjas que daban al aparcamiento. Ninguno de ellos vio a Emma. Aunque el instinto pareció habérseles activado y los hizo esquivarla como el agua rodeando los pilares de un puente. Emma llevó la mano por encima del hombro y la cerró alrededor de la empuñadura de su espada, Cortana. Desenvainó la hoja, como un haz de luz dorada rasgando el aire, y apuntó con ella al hada. —No —replicó Emma—. Soy un anuncio. Este es mi disfraz. El hada la miró confuso. Emma suspiró. —Cuesta tanto ser irónica con los seres mágicos… Nunca pilláis las bromas. —Somos muy conocidos por nuestras befas, burlas y baladas —replicó el hada ofendido—. Tenemos baladas que duran semanas. —No tengo tanto tiempo —dijo Emma—. Soy cazadora de sombras. Replica rápido y muere joven. |