Rojo, blanco y sangre azul de Casey Mcquinston
Se sostiene en una postura impecable e innata en él, como si un día hubiera surgido ya completamente formado y erguido de algún jardín de flores del palacio de Buckingham.
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Rojo, blanco y sangre azul de Casey Mcquinston
Se sostiene en una postura impecable e innata en él, como si un día hubiera surgido ya completamente formado y erguido de algún jardín de flores del palacio de Buckingham.
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