Generación ofendida: De la policía cultural a la policía del pensamiento de Caroline Fourest
Las culturas, todas las culturas, son nuestras culturas, son manantiales y, de cierta manera, todas ellas son sagradas. De ellas debemos beber de manera aplicada, con respeto y reconocimiento, pero no podemos aceptar que se nos prohíba acercarnos, pues entonces nos veríamos repelidos hacia el desierto.
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