Un acorde menor de Carolina Casado
Si los seres humanos fuéramos incapaces de sentir, nuestros destinos se sellarían sin una sola muestra de dolor, lo que haría del camino hacia la eternidad un mero paso hacia delante. Pero hemos nacido con la maldición cargada sobre nuestros hombros. Llorar, enamorarse, sufrir, reír... vaivenes de la vida que hacen de su travesía un auténtico trayecto en llamas.
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