La bestia de Carmen Mola
La navaja albaceteña de Tomás Aguirre reluce en su mano derecha. Se acuerda de un compañero en el frente del norte que siempre le decía que las navajas piden sangre, que no se les debe dejar que vean la luz si no se piensan usar. Siempre ha honrado el consejo, y cuando la saca es porque pretende usarla.
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