Sola de Carlota Gurt
Y me marcho con pasos largos, apresurándome, como si fuera posible dejar allí la bola de ternura que tengo dentro, pero me persigue, rodando tras de mí, ternura amontonándose como nieve en una pendiente, pisándome los talones, se vuelve gigantesca. Echo a correr para que no me aplaste.
|