Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
Hay algo en este hombre que no había visto en las imágenes publicas: tiene la mirada preocupada de quién teme perderlo todo y la prudencia del que no sabe si en realidad quiere ganar.
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
Hay algo en este hombre que no había visto en las imágenes publicas: tiene la mirada preocupada de quién teme perderlo todo y la prudencia del que no sabe si en realidad quiere ganar.
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
En aquellas chabolas lo conoció, hace 10 años: dos extranjeros de la miseria pero no turistas de la pobreza ajena.
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
Las nebulosas imágenes de infancia le dibujan a su madre pequeña y pizpireta, con esa tendencia a esferificarse de la que suele disfrutar la gente que sonríe aunque no tenga motivos; y un padre ancho y tosco, brutal por culpa ajena y por propia decisión, más borracho por el rencor del fracasado de antemano que por el pésimo vino en el que se gastaba el dinero de la comida.
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
Vuelve a estudiar esos rostros oscurecidos por la sombra de los árboles, como si los muretes fueran la frontera entre los turistas que vienen porque quieren y los que no tienen otro sitio adónde ir.
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
El barrio es un animal enfermo que le duele a la ciudad, la ciudad es la diosa y necesita sacrificios. Solo su voluntad importa…
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
El sol invernal de Madrid parece asumir la vocación de primavera que toda ciudad merece y se niega. Si además es domingo, la tibieza y la luz brillan como premios por duplicado. La prisa nunca desaparece del todo de la ciudad, ni siquiera los domingos en el barrio de Chamberi, con sus aceras anchas jalonadas por bancos de los de siempre que ya nunca se ven en otras zonas y árboles con antigüedad suficiente como para dejar en claro que no están allí a causa del fervor fugaz de algún alcalde en busca de votos ecologistas.
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Los que merecen morir de Carlos Salem Sola
- ¿Por qué ese empeño por borrar en los cuerpos los estragos de la muerte? El pequeño hombrecillo lo mira como si estuviera loco: - ¿La muerte? La muerte no tiene nada que ver, Justo. Lo que yo intento es borrarles las putadas que les hizo la vida. |
Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
… otros andares de piernas largas, hace tantos años, cuando eran así de jóvenes y el dueño de esos pasos se largó a caminar el mundo para escapar de las ganas de caminarla a ella
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
Desde que te vi, esta tarde, con el pelo desordenado y las manos fabricando viento, enfadada conmigo y con el mundo y más bella de lo que nadie será nunca
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En el cielo no hay cerveza de Carlos Salem Sola
Cuando vives de la mentira, toda verdad te sabe a farsa.
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Los dioses también mueren: Tercer caso de Dalia Fierro y Severo Justo: 147 de Carlos Salem Sola
Brindan y se ríen y es bello y bueno hacerlo juntos, se sienten como la intersección de dos esferas que al fusionarse se vuelven más brillantes y eso les permite, al menos de momento, olvidar sus zonas sombrías.
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Los que merecen morir de Carlos Salem Sola
Es fascinante la facilidad con la que etiquetamos con un «siempre» a lo que en realidad es un endeble «por ahora».
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Los que merecen morir de Carlos Salem Sola
Un reloj que lleva veinte años parado deja de ser un reloj y se convierte en una alegoría .
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Los que merecen morir de Carlos Salem Sola
A sonreír se empieza desde fuera y se va cavando la sonrisa hacia dentro, haciendo espacio entre los órganos del rencor y de los miedos, haciéndole cosquillas a la ira.
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Madrid nos mata de Carlos Salem Sola
Verificar una verdad que ya se conoce es como pintar de blanco una pared blanca recién pintada: mientras lo haces notas la diferencia, pero un instante después, está igual que antes
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Matar y guardar la ropa de Carlos Salem Sola
Exijo que al final de la novela pueda vivir sin mentiras, saber si soy Juanito a el Número Tres. Saber. Vivir. Amar. Aunque duela, aunque pueda morir tratando de conjugar esos verbos. Si a una novela con una buena trama, un buen ritmo y unas sonrisas se le añade un buen que os hago desde ya. |
Matar y guardar la ropa de Carlos Salem Sola
La verdad, casi siempre, es una mierda, solía decirme el viejo Tres. Dicen que te hace libre. Pero algunas verdades pueden matarte.
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Un jamón calibre 45 de Carlos Salem Sola
Pensé que las mujeres tienen la facultad de matarnos cuando nos vamos, de eliminarnos con más eficacia que cualquier arma de asesinarnos para siempre en el único territorio en el que pretendemos seguir vivos: el de su memoria.
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Gregorio Samsa es un ...