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Las huellas imborrables de Camilla Läckberg
–El azar y el destino no tuvieron nada que ver con eso. Era lo bastante adulto y estaba lo bastante informado como para adoptar mis propias decisiones cuando tomé ese camino. Y claro que, con lo que sé ahora y con la plantilla en la mano, puedo decir que no debería haber hecho esto, ni aquello, ni lo otro… Y que debería haber tomado otro camino. O ese… O aquel… –Frans se detuvo y se volvió hacia Martin–. Pero en la vida no contamos con esa ventaja, ¿verdad? –añadió antes de proseguir su paseo–. No contamos con la ventaja de disponer de una plantilla con los resultados. Tomé los caminos que tomé. Y he vivido la vida que decidí vivir. Y también he pagado un precio por ello.
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Una jaula de oro de Camilla Läckberg
El dolor habitaba en aquellas aguas turbias en las que ella guardaba todos sus secretos.
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Una jaula de oro de Camilla Läckberg
En los momentos de crisis, recurrimos a las personas que pueden subirnos la moral.
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Una jaula de oro de Camilla Läckberg
Hauria d’haver obert els ulls abans. Es diu que no hi ha res que encegui tant les persones com l’amor, però la Faye sabia que el que ens encega encara més és el desig de trobar aquest amor. Les expectatives són una droga poderosa.
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Las hijas del frío de Camilla Läckberg
La amistad se demostraba en los malos momentos y ella no quería pertenecer al tipo de personas que, por exceso de celo y quizá también de cobardía, se apartaban de los amigos cuando estaban en dificultades.
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Los gritos del pasado de Camilla Läckberg
Dinero, fama y más subvenciones y elogios de los superiores: formas absurdas de medir el éxito.
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La princesa de hielo de Camilla Läckberg
Lo fascinaba que la voluntad de supervivencia del ser humano fuese tan fuerte, pese a que no había allí rastro de la menor calidad de vida; aun así, uno siempre elegía seguir adelante, día tras día, año tras año.
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La secta de Camilla Läckberg
Cuando estoy contigo tengo la sensación de que tú y yo estamos hechos de átomos de la misma estrella, una estrella tan lejana que quizá los pocos átomos de esa procedencia que ha llegado hasta aquí solo han sido suficientes para construirnos a ti y a mí. Nadie más tiene nuestros átomos.
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La secta de Camilla Läckberg
El también se había infiltrado en su fortaleza. Pero había sido diferente. Ella lo había dejado entrar. La decisión había sido suya y él la había aceptado. Le había permitido ser tal como era.
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La secta de Camilla Läckberg
Creo que la mayoría de las personas son capaces de casi todo. Solo hay que ver en qué punto de su vida se encuentran. No somos seres estáticos. Casi todas nuestras células son sustituidas de forma periódica por otras. Hace apenas tres semanas toda tu epidermis era diferente de la que es hoy. Tu cerebro genera nuevas células cada tres meses. Desde un punto de vista meramente físico no eres la misma persona que hace cinco años, ni la que serás dentro de unos meses. Y ocurre lo mismo con las opiniones, los juicios y las ideas.
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La secta de Camilla Läckberg
A veces se preguntaba si sería posible conocer de verdad a alguien, o si cada uno viviría en su propia burbuja, sin revelar a nadie su verdadero yo.
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La secta de Camilla Läckberg
Caminos hamiltonianos (...). Se trata de un concepto matemático (...). Es una manera de desplazarse entre los puntos de una figura geométrica pasando una sola vez por cada punto. Intento vivir mi vida del mismo modo. Cada vez que nos atormentamos por algo que nos ha sucedido, volvemos a un punto por el que ya hemos pasado de forma totalmente innecesaria. Si hemos de escoger entre revivir el pasado o crear nuevas experiencias, lo más sano es decantarse por lo segundo.
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El mentalista de Camilla Läckberg
Sentía mucho amor por su familia, pero le resultaba difícil adaptarse al caos que generaba. A Vincent le gustaba el orden. Las cosas bien estructuradas. Los números pares.
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El mentalista de Camilla Läckberg
Algo que era impar podía volverse par. Lo invadió una agradable sensación de calma. Le gustaba el simbolismo. Lo que era impar e imperfecto tenía la posibilidad de volverse par y uniforme.
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El mentalista de Camilla Läckberg
(...) intentó recordar una época en la que las palabras que intercambiaban no estuvieran cargadas de silenciosos reproches y significados ocultos. No lo consiguió. La vida, la rutina, las discusiones y la desconfianza habían erosionado con callada lentitud lo que alguna vez habían tenido. Pero no era posible determinar el momento exacto en que había sucedido.
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Gregorio Samsa es un ...