La musa olvidada de C. G. Forné
No era un silencio natural. No de oían grillos, ni pájaros. Ni siquiera el goce de las hojas de los sauces al chocar entre ellas. Era como su todo aguantara la respiración.
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La musa olvidada de C. G. Forné
No era un silencio natural. No de oían grillos, ni pájaros. Ni siquiera el goce de las hojas de los sauces al chocar entre ellas. Era como su todo aguantara la respiración.
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