Bruno Puelles

Era de esas personas que no se miran al espejo por si ven algo que no les guste.

El dolor obliga a la gente a defenderse de quien sea, como sea. También atacando a aquellos que están a su alrededor, por injusto que resulte.

¿Cómo puede ser que un beso que no se ha dado se instale en mi pensamiento con más fuerza incluso que los que sí tuvieron lugar?

Hablar de libros es hablar de nuestras vidas personales.

Las almas de los locos se quedan atrapadas en la luna, por eso se les llama "lunáticos".

La vida se interpone entre los escritores y las letras.

No se puede ser un clásico y una novedad al mismo tiempo.

Qué tragedia es llegar a las últimas páginas de una obra cautivadora.

Cada persona tiene fuerzas que la mueven, y aquella noche entendí que el odio era una de las que impulsaban a mi hermano.

Los demonios convocaron la tempestad.
La Serena respondió con la guerra.

No merece la pena poner en peligro aquello que amamos ni siquiera aunque el riesgo parezca mínimo.

Si para sobrevivir tengo que ser tan dura que te fallo a ti, entonces no me merece la pena.

Si el mundo está lleno de sombras, lo que importa es quiénes somos en la oscuridad.

La Serena, con sus secretos y sus claroscuros, se exhibía ante él, seductora y cómplice. La ciudad que se alzaba sobre el agua, antigua y sabia: desconocedora de la subrefluidad de encandilar a quien ya está enamorado.

Ningún tesoro llega a tus manos sin buscarlo.

En silencio, él le hizo todas las promesas del mundo.

Hay muchas personas que pasan de largo por tu vida, pero pocas que provoquen un cambio de rumbo.