Nenúfares que brillan en aguas tristes de Bárbara Gil
Nacer pobre, para él, no había sido más que un aprendizaje. Se enorgullecía de ser un hombre sin sueños: matar el deseo le había sacado del infierno. Los sueños eran canciones de pobres. El mundo estaba lleno de ilusos que vivían atrapados por sus sueños y sus expectativas, que no miraba la realidad de frente, que no la aceptaban.
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