Drácula de Bram Stoker
Sus ojos realmente echaban chispas. El rojo fulgor que despedían era espeluznante, como si en ellos ardieran las llamas del infierno.
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Drácula de Bram Stoker
Sus ojos realmente echaban chispas. El rojo fulgor que despedían era espeluznante, como si en ellos ardieran las llamas del infierno.
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