Drácula de Bram Stoker
Me alegro de que sea vieja y grande. Provengo de una antigua familia y el vivir en una casa moderna me mataría. Una casa no se vuelve habitable en un día, y, en definitiva, son muy pocos días los que hacen falta para sumar un siglo. Me alegro también de que cuente con una antigua capilla. A los nobles de Transilvania no nos agrada la idea de que nuestros huesos vayan a descansar entre los muertos corrientes. No busco la diversión y el bullicio, ni la espléndida voluptuosidad del sol y las aguas centelleantes que tanto gustan a los jóvenes y a las gentes alegres. Ya no soy joven. Y mi corazón, después de tantos años de llorar sobre los muertos, no se acompasa ya con la alegría. Además, los muros de mi castillo están resquebrajados; las sombras son muchas, y el viento sopla frío entre las barbacanas y las desmoronadas alamenas. Amo la oscuridad y la sombra; y deseo estar solo con mis pensamientos el tiempo que pueda.
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