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Obra Completa. 1935-1977 de Blas de Otero
Impreso prisionero He aquí mis libros: cuánto tiempo impreso, prisionero entre líneas. Cántico espiritual, tiempo agraz y hondo y duradero como el Duero, soterrado en mis años azules de Palencia, torre de San Miguel hiriendo el cielo, vestido verde de la Monse, noches de agosto de mil novecientos cuarenta y uno. Oíd el verso de Góngora, «suspiros tristes, lágrimas cansadas», terco, rabioso ángel fieramente humano, llamando al arma, desalmando el cuerpo a golpes de pasión o de conciencia. Veo pasar el Sena, palpo el aire gris que se enreda en los puentes. Vuelvo a la espaciosa y ardua España, entro en la mina comida por el hambre, camino Tierra de Campos, torno a mi villa de hierro al rojo. Pido la paz y la palabra, cerceno imágenes, retórica de árbol frondoso o seco, hablo para la inmensa mayoría, pueblo roto y quemado bajo el sol, hambriento, analfabeto en su sabiduría milenaria, «español de pura bestia», hospitalario y bueno como el pan que le falta y el aire que no sabe lo que ocurre. ¡Ira de Dios, espanto de los siglos venideros! Hablo en español y entiéndese en francés. ¡Oh qué genial trabucamiento del diablo! ¿Hablar en castellano? Se prohíbe. Buscar España en el desierto de diecinueve cegadores años. Silencio. Y más silencio. Y voluntad de vida a contra dictadura y contra tiempo. De: Que trata de España, 1960-1964 + Leer más |