No mentirás de Blas Ruiz Grau
...podía parecer que casi no le había costado esfuerzo conseguirlo, pero lo cierto era que había trabajado y sudado como nadie para llegar al punto en el que estaba. Lo malo es que se daba cuenta de que todo esto no importaba ahora, en ese lugar, en aquella situación. Allí no era nada, no era nadie. Ni siquiera llegaba a peón en un tablero de ajedrez con unas normas de juego que no comprendía.
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