Moravagine de Blaise Cendrars
Todo se mueve, todo vive, todo se agita, todo se superpone, todo se reúne. Las mimas abstraccionnes están desmelenadas y sudorosas. Nada está inmóvil. Nadie puede aislarse. Todo es actividad, actividad concentrada, forma. Todas las formas del universo están exactamente calibradas y pasan todas por la misma matriz. Es evidente que el hueso debería vaciarse, el nervio óptico ramificarse en delta y estirarse como un arbol, el hombre andar en la perpendicular. Ese sabor a salmuera que nos sube de las entrañas proviene de nuestros más lejanos antepasados, peces, del fondo de los mares, y ese escalofrío epiléptico de la epidermis es tan antiguo como el sol. p 60
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