Un árbol crece en Brooklyn de Betty Smith
-¡Mamá! - gimió - ¡ Mamá! Katie la escuchó hasta el final y pensó : "Ha llegado ya la hora en que no puedo evitar el sufrimiento a mis hijos. Cuando no alcanzaba la comida, yo simulaba no tener hambre para que hubiese más para ellos. En las crudas noches de invierno, me levantaba y ponía mi manta sobre sus camitas para que no tuviesen frío. Estaba dispuesta a matar a cualquiera que tratase de hacerles daño. Y ahora, en un brillante día de sol, salen con toda su inocencia y tropiezan con el dolor que una daría su vida por ahorrarles. |