La conquista de la felicidad de Bertrand Russell
El que pueda olvidar sus preocupaciones interesándose sinceramente en algo, por ejemplo, en el Concilio de Trento o en la historia en la vida de las estrellas, notará que al volver de su excursión a ese mundo impersonal ha adquirido un reposo y una calma que le capacitan para afrontar de buen humor toda molestia, y al mismo tiempo habrá gozado de una felicidad genuina, aunque sea temporal.
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