De piedra y hueso de Bérengère Cournut
Ahora sé, gracias a mi propio canto, propulsarme fuera de mi cuerpo hasta el mundo de los espíritus. Aprendo poco a poco a a dialogar con ellos sin tener miedo. El viaje, sin embargo, es aterrador. Cada vez tengo la sensación de que me arranca las entrañas. Mi corazón late contra mis oídos, me asalta una sensación de vértigo.
|