Fin de los tiempos de Benito Taibo
No somos islas. Y aunque estemos solos, no lo estamos. El mundo late con nuestro latido. Y los demás no son el enemigo. Son nuestro reflejo.
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Fin de los tiempos de Benito Taibo
No somos islas. Y aunque estemos solos, no lo estamos. El mundo late con nuestro latido. Y los demás no son el enemigo. Son nuestro reflejo.
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