Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
[...] por mucho que en Londres la historia y la tradición hablen con una bella voz, el dinero tiene su propio y dulce canto de sirena.
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Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
[...] por mucho que en Londres la historia y la tradición hablen con una bella voz, el dinero tiene su propio y dulce canto de sirena.
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Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
Todo el mundo se alegra cuando llega la policía, porque tendremos que salvarles, tanto si quieren como si no.
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Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
El sistema nuevo que tenía que reemplazar al antiguo iba a llamarse SHERLOCK, pero no se le ocurrió a nadie una serie de palabras para formar el acrónimo y por eso lo llamaron HOLMES 2.
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La luna sobre el Soho de Ben Aaronovitch
Resulta extraño ver a uno de tus padres, cuando es viejo, medio desnudo. De repente te ves a ti mismo observando con fascinación la piel flácida, las arrugas y las manchas de la edad, y piensas: «algún día todo eso será mío».
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La luna sobre el Soho de Ben Aaronovitch
De una cosa estaba seguro, iba a vigilar a la tal Abigail que vivía subiendo la calle. De hecho, iba a empezar una lista de gente a la que vigilar para que Abigail pudiera estar en lo más alto de ella.
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La luna sobre el Soho de Ben Aaronovitch
Nunca he sido lo que podría llamarse un buen nadador, pero si la alternativa es convertirte en una estadística, es increíble lo que puedes sacar de tus reservas de energía.
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La luna sobre el Soho de Ben Aaronovitch
—Si hay algo que te preocupe, puedes ponerte en contacto conmigo. —Y si le tomo la palabra —dije—, ¿usted qué hará? —Escucharé tus preocupaciones —dijo—. Y seré muy empático. |
Familias fatales de Ben Aaronovitch
En un grupo de investigación de delitos graves como Dios manda, hay un detective o un sargento cuyo trabajo es llegar a la escena del crimen, localizar todas las cámaras potenciales, reunir todas las imágenes y después revisar las miles de horas que hayan grabado, sean las que sean, buscando algo relevante. Él o ella tienen un equipo de un máximo de seis detectives para que les ayuden con el trabajo y el tonto de mi me tenía a mi mismo, a Toby y la terca determinación de ver como se hacia justicia.
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Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
Es una verdad universalmente reconocida que a todo el mundo le gusta hablar de sí mismo. Nueve de cada diez confesiones se obtienen gracias al instinto natural del ser humano de contar la historia de su vida a cualquier oyente que preste atención, aunque eso suponga contar cómo mató a palos a su pareja de golf con un hierro del 7. Mamá Támesis no era diferente, de hecho, me di cuenta de que los dioses tenían incluso una mayor necesidad de explicar su historia.
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Familias fatales de Ben Aaronovitch
Miré hacia abajo y vi el gran y ancho mundo, acercándose deprisa. Esperaba que fuera a tratarme con cariño
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Susurros subterráneos de Ben Aaronovitch
Era un buen plan y como pasa con todos los planes desde el principio de los tiempos, no sobreviviría al contacto con la vida real.
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Susurros subterráneos de Ben Aaronovitch
¿Era mejor morir en la feliz ignorancia de algo o en el aterrador conocimiento de ello?
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Susurros subterráneos de Ben Aaronovitch
Siempre me ha gustado vivir en el momento. Soy una cigarra, no una hormiga.
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Susurros subterráneos de Ben Aaronovitch
Como cualquier joven desde los albores de los tiempos, decidí arriesgarme a la muerte antes que a una posible humillación.
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La luna sobre el Soho de Ben Aaronovitch
-Hay vida más allá de Londres. -La gente no dice otra cosa, pero la verdad es que nunca he visto ninguna prueba de ello.
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La luna sobre el Soho de Ben Aaronovitch
Me dirigí a la dirección del señor Wilkinson, para ver si allí había alguien que le quisiera tanto como para matarlo.
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Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
¿Y si resultaba que los fantasmas existían? —¿Ha llegado el momento de que me diga que la Policía Metropolitana tiene un departamento secreto que se enfrenta a fantasmas, trasgos, hadas, demonios, brujas y magos, elfos y duendes…? —pregunté—. Le doy permiso para hacerme callar antes de que se me acabe la lista de criaturas sobrenaturales. —A duras penas has empezado —indicó Nightingale. —¿También extraterrestres? —tuve que preguntar. —Por ahora, no. —¿Y la Metropolitana tiene un departamento secreto? —Mucho me temo que soy su único miembro —dijo. —¿Y qué quiere usted de mi…que me apunte? —Que me ayudes —dijo Nightingale— en esta investigación. |
Ríos de Londres de Ben Aaronovitch
—¿Ya tienes lo que has venido a buscar? —preguntó. —La tele es mía —dije. Me respondió que me la llevase cuando quisiera. —¿Qué es lo que vio en ti? —preguntó, y negó con la cabeza—. ¿Cómo pudieron elegirte a ti como guardián de la llama secreta? Me pregunté qué diablos sería la llama secreta. —Me imagino que habrá sido cuestión de suerte. No se dignó a responderme. Me dio la espalda y se puso a buscar de nuevo dentro de los baúles. Me pregunté qué sería lo que buscaba en realidad. |
¿A quien baila Raquel en la fiesta en la casa de los hidalgo?