Magia en tus brazos de Belén Urcelay Igartua
Sus sonrisas eran tan fugaces como el aleteo de una libélula, tan transparentes y frágiles como sus alas. Aparecían y desaparecían, le abrían una efímera entrada a su corazón y enseguida la cerraban de un portazo y lo dejaban fuera otra vez.
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