Rialto, 11 de Belén Rubiano
Camina, Belén, camina y tápate los oídos. Qué sonido tan triste hace una librería cuando se muere. Así, erguida, camina, que no parezca que corres. ¿Y por qué no? ¿Alguna vez ha pintado algo la vergüenza en una historia de amor o en medio de una catástrofe? Cito, longe fugeas, tarde redeas.
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