Cuando reescribamos la historia de Belén Martínez
Por desgracia, Julen, en la vida los malos a veces no reciben su merecido, y a veces los buenos no se salvan. No siempre se imparte justicia —dice mi padre, torciendo los labios en una mueca triste—. Y esa justicia hay ocasiones en que no la puedes impartir tú, por mucho que lo desees. Porque entonces, no serás muy diferente a ese problema que quieres cambiar.
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